miércoles, 29 de agosto de 2012

EL MITO Y SU FUNCIÓN EN LA SOCIEDAD

J. Campbell. El Poder del Mito.

"Cuando un juez entra en la sala del tribunal y todos se ponen de pie, no están reverenciando al hombre sino  la toga que está usando y al papel que representa. Lo que lo hace digno de ese papel es su integridad, como representante de los principios de ese papel, y no un conjunto de prejuicios personales. De modo que cuando te pones de pie en un tribunal de justicia, lo haces ante un personaje mitológico. Supongo que algunos reyes y reinas son las personas más estúpidas, absurdas y banales que nadie pueda imaginarse, probablemententeresados nada más que en caballos y mujeres, ya sabes. Pero el súbdito no responde a ellos como personalidades sino como encarnaciones de un papel mitológico. Cuando alguien adopta el papel de juez, o  presidente de los Estados Unidos, el hombre ya no es ese hombre, es el representante de una función eterna; tiene que sacrificar sus deseos personales e incluso sus posibilidades vitales a la función que está  representando".

Lectura 10: El Poder del Mito. Joseph Campbell en diálogo con Bill Moyers

Bonus: MUISCAS AGUA SAGRADA
http://www.prismatv.unal.edu.co/nc/detalle-serie/detalle-programa/article/muiscas-agua-sagrada.html#.T8BjWFFj398.blogger
Gran parte de lo dicho sobre esta relación agua-hombre, es semejante en todo el mundo andino, amazónico y de pie de monte costero. Sólo bajo la llamada civilización occidental el agua perdió su sentido al ser descifrada la fórmula de su ser: h2o bajo la lupa de la razón científicista.  Hoy objeto de la ambición de los comerciantes, el agua adquiere dimensiones políticas enormes, con la especie humana creciendo de forma exponencial, el agua crece en valoración política, ya que su control implica control sobre la vida misma. En la antigüedad, cuando las guerras no eran tan mecanizadas, cortar los flujos de agua o envenenarlos, podía significar la caída de una ciudad.

Códice Maya
(Dresden, Al.)
La Abuela Grillo

domingo, 26 de agosto de 2012

Agua y civilización

Ejemplos de cómo se levantaron los imperios hay muchos, y todos ellos se diluyen en el lenguaje mito-poético y el manejo cultural del agua, el poder sobre la vida. Al lado del Nilo, el Tigris y el Éufrates,  el Ganges, el Amazonas, entre otros importantes ríos, tuvo asiento la humanidad desde los lejanos primeros tiempos. Las ciudades, que pueden considerarse como uno de los criterios diferenciadores de un estadio a otro de la humanidad (lo urbano como comienzo), sólo pueden ser posibles si el grupo humano resuelve, desde su racionalidad, los problemas de abastecimiento de agua y  evacuación de desechos. Esos problemas de ingeniería, política, derecho, espiritualidad y salud pública necesitan al agua como componente cultural, ya que su control y manejo son asuntos de poder: poder sobre la vida misma. 

El agua no sólo es un elemento natural, un ser espiritual o un ser vivo: es el origen de lo jurídico en las antiguas civilizaciones. Del agua provienen los dioses y los demás seres y es considerado, por occidente, como el origen del pensamiento racional y científico, al ser el fundamento de la primera explicación racional del cosmos por obra de Tales de Mileto, según la historiografía tradicional; claro que lo dicho por Tales no recoge sino el conocimiento de los antiguos sobre esos temas,  en particular pueblos antiguos con quienes Tales tuvo contacto.

LECTURAS 7, 8 y 9: 

lectura 7. LEYES DE MANÚ: INSTITUCIONES RELIGIOSAS Y CIVILES DE LA INDIA.

LECTURA 8. AGUA Y CULTURA 


Ponencia para el Foro Nacional "El Agua y la Creación". Subdirección de Educación Ambiental, Ministerio del Medio Ambiente/CODECHOCO. Bogotá,1996. Publicada en Diversa. Revista de Pensamiento Ambiental, Ministerio del Medio Ambiente, Nº 3, Bogotá, 1er. trimestre de 1997, pp. 42-46
EL ORIGEN DE LA GENTE DEL AGUA
Desde esta mañana he estado pensando en cómo va a ser mi exposición. Traigo estas hojas escritas, pero ellas no son mi ponencia, son sólo la materia prima para construirla; y ahora no sé bien cómo hacerlo. Mi idea se ha ido modificando durante el día por influencia de las demás intervenciones. A veces he pensado que podría ser un poema, otras que sería un relato de tradición oral a la manera de un mayor indígena, otras que sería la sesuda intervención de un etnógrafo que interpreta, muy científica. Ahora... no sé. Tal vez un poco de todo. Quizás sea mejor irla construyendo sobre la marcha, ante ustedes.
*****
Comencemos con unas reflexiones del etnógrafo, juiciosamente sentado tras la mesa, hablándoles por el micrófono:
Cuando Teresa Carrillo nos contaba hace un rato las historias de los muiscas, yo recordé la frase de un exgobernador guambiano, que decía: “Los blancos vienen y nos dicen: cuénteme un cuento; uno cuenta sus historias y los blancos le dicen: eso es cuento”. Sin embargo, en esas historias lo que uno encuentra es la condensación del profundo conocimiento que los muiscas acumularon durante siglos acerca de su entorno y, fundamentalmente, de un elemento que es básico para la vida, el alternar de las estaciones de lluvia y de sequía; y de su uso para lo que era el centro de su sistema productivo, la agricultura. Porque ese vaivén de Mojanes y Mojanas marcaba todo el ciclo de vida muisca, todo el ciclo de su vida productiva y social, como sucedió hasta hace unos 15 años en regiones como Suba, hasta antes de que ocurriera la invasión de sus tierras por Andrés Pastrana y TV Cable. Por eso, ese pensamiento que Teresa nos narró continúa vivo, aunque hace ya algún tiempo que no puede aplicarse.
Uno encuentra entre los guambianos un pensamiento semejante, unas historias del agua, del ir y venir del aguacero, del páramo, del rayo, de las nubes, etc., que refleja también el conocimiento profundo y milenario acerca de las características, peculiaridades y dinámicas de los factores ecológicos de su territorio, y de qué manera pueden ser utilizados para construir la vida propia. Sabiduría que se recoge en las historias que alrededor del fuego cuentan los mayores de la sociedad guambiana, ya no tanto a sus niños, porque frente a ellos su palabra “ha quedado silencio”, sino, curiosa y paradojalmente, a los etnógrafos, a los antropólogos.
Pero, en este momento, quiero trabajar, a la manera de un poema, un texto que elaboré junto con los guambianos.
Los guambianos somos nacidos de aquí, de la naturaleza como nace un árbol, somos de aquí desde siglos, de esta raíz. Nuestros mayores lo saben hoy como lo han sabido siempre; saben que no somos traídos, por eso hablan así:
Primero fue la tierra y junto con ella estaba el agua... y en las cabeceras de las sabanas eran las lagunas, grandes lagunas. La mayor de todas, un hueco muy profundo situado en el centro de la sabana, era la de Nupisu o ib>Piendamú, en el centro de la sabana, del páramo, como una matriz, como un corazón. El agua es vida.
Primero eran la tierra y el agua. También había ciénagas y barriales que recogían muchas aguas y se unían con las lagunas. Las aguas nacían de los ojos de agua que quedaban en el centro, y todas se iban reuniendo para formar un río grande que corría hacia abajo. El agua no es buena ni es mala. De ella resultan cosas buenas y cosas malas.
Pero es bueno reflexionar otra vez desde la mesa del científico. 
En esto pensaba esta mañana mientras Adelaida Nieto nos contó cómo estaban construyendo para los niños, alrededor del Teatro del Parque Nacional, un bosque denso, una naturaleza buena, como de invernadero. Al tiempo que nos hablaba con rechazo de los jardines del DAMA, porque, según ella, son naturaleza agresiva. Pero, ¿es que acaso los niños no deben aprender que la naturaleza trae cosas buenas, pero también cosas malas, que la naturaleza no es sólo un idilio ecológico, sino también algo de lo cual salen cosas malas?
En este momento, déjenme que les narre las historias que hablan las palabras sabias de los mayores cuando toda la familia está sentada en sus banquitos de madera alrededor del fuego, en la cocina en penumbra, inundada por el humo.
Allá, en las alturas, era el agua. Llovía intensamente, con aguaceros, borrascas, tempestades. Los ríos venían grandes, con inmensos derrumbes que arrastraban las montañas y traían piedras como casas; venían grandes crecientes e inundaciones. Era el agua mala.
En ese tiempo, estas profundas guaicadas y estas peñas no eran así, como las vemos hoy, esos ríos las hicieron cuando corrieron hasta formar el mar.
El agua es vida. En la laguna, que era una saliva grande, estaban tata Illimpi y mama Keltsi, su esposa. (illimbi es como una saliva de nosotros; keltsi es la guasca del kel, mejicano). Allí estaban. De todas estas cabeceras y de ellos venía el río grande, se desprendían las aguas y de allí se iban regando. De allí salían todas las aguas para llegar al mar. El agua nace en las cabeceras y baja en los ríos hasta el mar. En esa época las aguas no subían desde el mar, solamente bajaban. 
Una vez que las aguas llegaron hasta el mar y se recogieron en él, se levantó la nube y comenzó a subir por las montañas y las cañadas. Todas las aguas fueron al mar y luego regresaron en nube, toda el agua se recogió en el mar, corría de las cabeceras al mar, y llegaba. Por eso ahora se devuelve, pero no por los mismos ríos sino por el aire, por la nube. Subiendo por las guaicadas y por los filos de las montañas alcanza hasta el páramo, hasta las sabanas, y cae otra vez la lluvia, cae el agua que es buena y es mala. El agua es buena y es mala y lleva una vida de los sueños. Del agua nacen muchas cosas en la tierra. El agua hace inundaciones, dicen los blancos; sólo ven lo que tiene de malo. Pero los guambianos vemos que las aguas hacen mal y hacen bien.
Allá arriba, como la tierra y el agua, estaba él-ella. Era Pishimisak que también ha existido desde siempre, todo blanco, todo bueno, todo fresco. Del agua nació el Aroiris que iluminaba todo con su luz; allí brillaba, Pishimisak lo veía alumbrar.
Dieron mucho fruto, dieron mucha vida. El agua estaba arriba, en el páramo. Abajo se secaban las plantas, se caían las flores, morían los animales. Cuando bajó el agua, todo creció y floreció, retoñó toda la hierba y hubo alimentos aquí. Era el agua buena.
Antes, en las sabanas del páramo, Pishimisak tenía todas las comidas, todos los alimentos. El-ella es el dueño de todo. En el páramo hay papa, mauja, haba, ají, plátano, ullucu que Pishimisak cuida. Entre los dos, ellos las siembran y cultivan y hacen trabajos con ellas. Con ellas es su alimento. Hay otras para hacerles refrescos, remedios. Tiene todas las plantas completas; nosotros sólo conocemos algunas. Cuando uno va a coger una planta de estas, tiene que pedir permiso a Pishimisak, así como aquí se pide a las personas.
Pishimisak ya estaba allí cuando se produjeron los derrumbes que arrastrando gigantescas piedras formaron las guaicadas.
Pero hubo otros derrumbes. A veces el agua no nacía en las lagunas para correr hacia el mar sino que se filtraba en la tierra, la removía, la aflojaba y, entonces, caían los derrumbes.
Estos se produjeron desde muchos siglos adelante, dejando grandes heridas en las montañas. De ellos salieron los humanos que eran la raíz de los nativos. Al derrumbe le decían parir el agua. A los humanos que allí nacieron los nombraron Pishau.
Los Pishau vinieron en los derrumbes, llegaron en las crecientes de los ríos. Por debajo del agua venían arrastrándose y golpeando las grandes piedras, encima de ellas venía el barro, la tierra, luego el agua sucia; en la superficie venía la palizada, las ramas, las hojas, los árboles arrancados y, encima de todo, venían los niños, chumbados.
Los anteriores nacieron del agua, venidos en los restos de vegetación (shau) que arrastra la creciente. Son nativos de aquí de siglos y siglos. En donde salía el derrumbe, en la gran herida de la tierra, quedaba olor a sangre; es la sangre regada por la naturaleza, así como una mujer riega la sangre al dar a luz a un niño.
Los Pishau no eran otra gente, eran los mismos guambianos, gigantes muy sabios que comían sal de aquí, de nuestros propios salados, y no eran bautizados.
Ellos ocuparon todo nuestro territorio, ellos construyeron todo nuestro nupitrapu antes de llegar los españoles.
Los Pishau ocuparon todo este inmenso espacio, incluyendo la ciudad de Pupayán. La historia de los blancos dice que esta ciudad fue fundada por Belalcázar, pero no es cierto. Cuando llegaron los españoles ya la ciudad existía bajo el sol, creada siglos adelante por nuestros antiguos. Largas guerras, tremendos esfuerzos, enormes crímenes fueron necesarios para que Ampudia y Añasco vencieran al cacique Payán y le dieran muerte, tomando nuestra ciudad. Un manto de silencio cubrió nuestro conocimiento.
Los Pishau son nuestra misma gente. Nacieron de la propia naturaleza, del agua, para formar a los humanos. Ellos vienen de Pishimisak que los crió con sus alimentos propios.
Por eso, nosotros somos de aquí, de esta raíz; somos del agua, de esa sangre que huele en los derrumbes. Somos nativos, legítimos de Pishimisak, de esa sangre. No somos venideros de otros mundos.
Pero no es sólo un mayor el que habla, es una palabra hecha con muchas voces:
Comenzó una vez, cuando de Aroiris macho, salió una luz como amarilla, amarilla, que se veía como una estrella y cayó sobre Aroiris hembra, que estaba debajo; así se juntaron, y debajo de la hembra, pegado a ella, salió el aroiris hijo. La luz siguió derecho para abajo y cayó en la laguna; esa luz era un sombrero propio, con el color de Aroiris, que se posó en la laguna y la tapó, mientras el aroiris estaba con un pie en cada lado de ella. Este sombrero era el mundo, que flotaba sobre el agua.
De las estrellas cayó un rayó, una luz que pegaba en el sombrero. Así duró varios días y la gente tuvo miedo, pues pensó que la luz podía romper el mundo y el agua entraría por el hueco e inundaría la tierra. Luego de un tiempo, la luz no cayó más. Venía mucho el páramo; cayó durante siete meses, y la laguna se puso grande, grande; después apareció un derrumbe que reventó la laguna y arrastró una creciente muy grande. En esa agua venía una niña y los primeros mayores la sacaron del río abajo. Cuando se creció, fue una cacica, la primera autoridad de nosotros.
Y sobre esto, ¿qué tiene que decir el etnógrafo desde su sillón de ponente? Oigámoslo:
Nosotros, los blancos, que no somos capaces de hacer abstracciones concretas, que no podemos pensar que un caracol, una piedra, un árbol, sean conceptos, nos decimos, para poder entenderlo, para hacerlo familiar, que ese sombrero guambiano es una espiral inscrita en un círculo. Ese sombrero se hace, como el sombrero vueltiao de los zenúes, tejiendo una larga cinta que luego se cose en espiral comenzando desde un centro y desenrollando, dando una vuelta y otra vuelta, vuelta tras vuelta hasta terminar redondeando; pero, luego, así dicen los guambianos, devuelve vuelta tras vuelta, enrollando, hasta llegar de nuevo al centro.
Los guambianos afirman que así es la historia, que así se desenrolla y se enrolla el tiempo, que así se desenrolla y se enrolla el territorio, que así se desenrolla y se enrolla el mundo. Sobre ese sombrero, que es el mundo y que flota en el agua, pegó la luz de la estrella para que nacieran los hijos del agua.
Cuando Miguel Ángel Hernández hablaba hace un rato del big-bang como una de las modernas teorías para explicar el origen de nuestro universo, recordé también aquella del big-crash, que nos dice que, cuando aquella fuerza expansiva de la inicial explosión se debilite, se agote, todo los elementos de nuestro universo comenzarán a converger de nuevo, hasta llegar a encontrarse en un punto en donde chocarán para que nuestro mundo desaparezca, ese mundo, la Vía Láctea, nuestra galaxia que, como todos sabemos y como los astrónomos nos han mostrado, es una espiral que sigue expandiéndose todavía.
Aquí, uno encuentra una asombrosa coincidencia, más asombrosa aún si tenemos en cuenta que la guambiana es una tradición milenaria que ha antecedido en muchos siglos a las que para nosotros son novísimas teorías, recién descubiertas, recién planteadas, acerca de la historia pasada y del futuro de nuestro universo. Miguel Ángel decía que era intuición; yo digo que es conocimiento.
Pero la voz de los mayores sigue hablando aquella palabra que viene desde siglos adelante:
De este modo vino la cacica Teresita de la Estrella desde la laguna. Tres estrellas alumbraron y dieron su rayo en la laguna para que ella saliera. Venía en una canasta de material delgadito, en forma de caja. El borde no estaba rematado sino derecho. De allí la enlazaron para sacarla. La creciente casi que subía a toda la planada, como siguiendo a quienes la habían sacado; iba con fuerza y rebosó.
Cuando la sacaron, lloraba como un niño normal de hoy. Pusieron a niñas de 10 a 12 años a criarla, pero como ellas no tenían leche, se alimentó fue con su sangre, les chupó la sangre; así se murieron veinte de ellas. Crecía muy despacio, duró mucho tiempo. Pusieron una mujer a amamantarla y murió, luego pusieron otras, hasta llegar a siete madres; con el río, son ocho madres.
Desaparecía a medianoche y al amanecer aparecía de nuevo, trayendo herramientas y objetos de oro. En la medianoche, sólo quedaba el enchumbado vacío. A medida que iba creciendo, traía nuevas herramientas, según la edad. Ella sola trajo todo lo completo de nuestra cultura. Cuando creció, vestía prendas de oro; su plato y su cuchara eran de oro y lo que más sabía trabajar era el oro. Ella trajo también la autoridad, pues era una cacica, y, con ella, la organización de la sociedad.
Pasa el tiempo y en el agua vinieron otros caciques: José Ignacio Tombé y mamá Manela Caramaya, que todavía estaba cuando llegaron los españoles.
Cuentan los mayores que las grandes crecientes vienen por ciclos. Hay niños del agua que vienen en el río cada 35 ó 60 años y van a ser cultivadores, van a ser agricultores. Otros llegan cada 100 años y vienen con los colores brillosos; son los que cultivan oro y son los más importantes.
Se forman aguas subterráneas que aflojan la tierra y caen por los derrumbes, abriendo huecos, soltando la tierra y preparando para que venga un buen cacique para nosotros. Allí en los residuos que arrastra, se forma el niño que viene adelante, llorando. Los mayores están listos para sacarlo con un bejuco de la montaña. Lo crían y es un maestro que aconseja lo que debe ser todo.
Todavía hoy el agua se sigue moviendo. De varias de esas lagunas corre el agua; de otras no corre pero sí nace abajo de ellas. Todas las aguas van al mar, se devuelven en las nubes siguiendo distintos caminos y caen en los páramos.
Pero yo, el etnógrafo, también puedo intentar hablar con mi palabra, siguiendo aquel relato que fluye a través de los siglos, como el agua:
El agua reviste distintas formas y cada una de ellas es un ser vivo. Cada uno tiene vida y da vida, mala o buena, porque la vida es siempre mala y buena. Quiero mencionar sólo dos de esos seres.
Uno de ellos es la nube. Del mar sale la nube que va subiendo a los cerros altos. Las nubes se unen entre sí por las guaicadas y, cuando llegan arriba, comienza a llover. Los rayos de la tempestad se conectan con las aguas y las nubes y ayudan a iniciar las lluvias. Por la derecha sube la nube negra, que va haciendo el mal y que los médicos, los sabios propios, deben voltear a la izquierda. La dirección de la mano derecha es un gran poder. Pero la derecha y la izquierda no son lados fijos, se dan tanto hacia la derecha como hacia la izquierda dependiendo de la posición de las aguas y de los ríos y de en qué lugar se siente el sabedor tradicional con relación a ellas. No hay un lado que sea solo derecho o izquierdo. 
Pero sí hay un central de la tierra que es el río grande. Desde el centro se reparte todo y se vuelven a juntar todas las aguas. Todo sale de un centro, de allí nace la dirección.
La nube negra es la nube del aguacero negro que va con el ventarrón y tiene un camino que nunca se desvía, va volando por encima de las corrientes de agua subterráneas, túneles por donde camina ulesrnu, hasta llegar a la ciénaga. Cuando se encuentra allí, cae el aguacero. 
La nube viene del mar por el aire. Los blancos la llaman fantasma y son dos: nube blanca y nube negra. Nube blanca viene guiado por un ojo de agua y ningún sabio nuestro tiene poder para apartarlo de su camino; aparece en forma de neblina; casi no viene de día y se ve mucho mejor de noche.
La nube cae donde hay lomas; viene por la guaicada y por allí se penetra. Da vuelta por detrás de filos o lomitas y se va al ojo de agua o al páramo o a las lagunas. De allí se devuelve al río.
Nube blanca es del día y es hembra; sube por la izquierda; es la sombra del aguacero blanco; va por el aire. La negra es de la noche y es macho; sube por la derecha y va por dentro de la tierra. Estos seres producen las lluvias y acompañan a sierpi.
Por eso recordé aquello que se comentó esta mañana en la inauguración, acerca de cómo en el Chocó piensan que sólo después que ha bajado la sierpi, ceden las crecientes y baja también el río. Así piensan en Guambía.
Otro ser es Aroiris, que es la misma agua, pero tiene unos colores: amarillo, rojo, verde y morado; los cuatro, cada uno con un tono claro y otro oscuro, dan ocho colores que llevan un significado. Va desde una ciénaga hasta una laguna; a través de él, el agua pasa de la laguna a la ciénaga. Él y ulesrnu van caminando hacia las crecientes que traen troncos de palos. Y se forma el derrumbe con muchas piedras y palizadas y ahí ya viene el niño adelante de esta agua, pero bien enchumbado con colores.
Aroiris no se queda quieto en un lugar; es vivo y camina y, al caminar, va redondeando. Por eso se dice que es una rueda cerrada. Cuando va a caer el aguacero, está hacia abajo y se redondea como lo hacen los caminos del sol y de la luna. Trae las lluvias del páramo, de la sabana fría.
Así terminan los mayores, por ahora, su historia:
Hay muchos árboles, árboles del agua, árboles que traen el agua. Todos ellos son la raíz del agua que entra a la laguna. Y con ellos crece también el ojo de agua. Un monte donde se den todos estos árboles, allí es la casa de Srekollimisak, del aguacero. La naturaleza..... aquí es la casa de Srekollimisak. Los mayores decían que donde hay estos árboles, allí está el rayo, que es el dueño del agua.
Últimamente desconocemos todo este saber de los mayores y lo hemos abandonado. Los que vienen de afuera dicen que hay que limpiar esos montes y les hemos hecho caso, acabándolos al tumbar y quemar.
El agua se va secando, los ojos de agua desaparecen y la tierra adelgaza y se vuelve polvo. Los cultivos se pierden y las casas se acaban. Por eso estamos peleando por el agua entre guambianos.
La sequía se produce por la ausencia de Srekollimisak y trae muchas pérdidas. La tierra se ha vuelto polvosa, el sol la calienta muy fuerte y los vientos se la llevan. En otras partes, las tierras se derrumban y se ruedan, llevándose el fruto de nuestro trabajo.
Por eso, para que Srekollimisak vuelva, hay que reconstruir su casa, hay que reconstruir la naturaleza.
Hay que reconstruir la casa del Srekollimisak.
Y, pienso. Los guambianos se debaten ante la destrucción del páramo. Y hablan de cómo hacer para reconstruir la casa del Srekollimisak. 

miércoles, 22 de agosto de 2012

Tales de Mileto y la primera explicación racional del mundo.


Rogelio Laguna UNAM
LECTURA ADICIONAL:
Diana Uribe. Caracol Radio

Las preguntas que los griegos hicieron al mundo, así como la heterogénea civilización que lograron gracias a sus contactos con las antiguas civilizaciones de oriente, aún nos inquietan. Una de ellas es la pregunta por el origen de todo, el principio, el arqué. Generalmente las concepciones más aceptadas por los seres humanos, aún hoy, pasan todavía por el pensamiento que puede denominarse como mítico. El racional, aunque aceptado y ofcial, no  es suficiente. El espíritu  mágico religioso y mítico mundial es aún muy fuerte pese a la educación científica oficial, filtrando su poder dentro de las instituciones jurídicas.

En el agua, tanto en el pensamiento mítico como en el racional, es el origen, y por lo tanto algo de suprema importancia a la hora de posibilitar cualquier tipo de convivencia humana (derecho). Con Tales, la razón, el logos, explica el mundo sin referirse al mundo de los dioses. Pero no lo niega.

TALES EL FILÓSOFO

Se ve en la figura de Tales de Mileto al Padre de la Filosofía. Fundó en Mileto una escuela de matemáticas y filosofía, llamada escuela jónica; en esta escuela aporta un enfoque  diferente: racional y objetivo, para abordar los cuestionamientos a las preguntas sobre el sentido último de la existencia, que hasta ese momento sólo se habían tratado desde un enfoque mitológico. 

Tales busca el fundamento natural de las cosas y en su afán por la abstracción, que consideraba más valiosa que la intuición o la sensibilidad cree, al respecto, que el principio originario, la sustancia primordial de todas las cosas es el agua, que en diversos grados de condensación da lugar a todos los elementos y estados y es una fuerza eterna, activa, susceptible de dar existencia.

Esta afirmación nos puede parecer ingenua pero él reconocía el estado húmedo en los animales y las plantas, observaba que la tierra "flota sobre el agua". Quizá la respuesta no sea apropiada pero debemos enfocar nuestro interés a la pregunta: por primera vez se pregunta el hombre sobre el origen de todo lo que existe.

La importancia del intento de Tales no radica en su elección del agua como substancia fundamental sino en tratar de explicar el comportamiento de la naturaleza a través de la simplificación de los fenómenos y en buscar las causas de los mismos dentro de la misma naturaleza más que en los caprichos de dioses antropomórficos. A este respecto Aristóteles dice que «para Tales la pregunta fundamental no es, qué es lo que sabemos, sino cómo lo sabemos. »

Tales pues, en su cosmología, pensaba que el agua llenaba todo el espacio. Se imaginaba a la Tierra como un gran disco flotando sobre las aguas, sobre la cual existiría una burbuja hemisférica de aire, nuestra atmósfera, sumergida en la masa líquida. La superficie convexa de la burbuja sería nuestro cielo y los astros, según expresión de Tales, "navegarían por las aguas de arriba".

Taller de Escritura 1. Primeras reflexiones: 
el modelo de mundo, el modelo del derecho
Con base en las lecturas 1, 2 y 3 responda las siguientes preguntas y empiece la redacción de su ensayo:
1. Sabato, al principio de Héroes y Engranajes, afirma: "Uno se embarca hacia tierras lejanas, indaga la naturaleza, ansia el conocimiento de los hombres, inventa seres de ficción, busca a Dios. Después se comprende que el fantasma que se perseguía era Uno-Mismo". Interprete esta afirmación en la labor de creación para un texto jurídico. 
 2. "El siglo XX esperaba agazapado como un asaltante nocturno a una pareja de enamorados un poco cursis. Esperaba con sus carnicerías mecanizadas, el asesinato en masa de los judíos, la quiebra del sistema parlamentario, el fin del liberalismo económico, la desesperanza y el miedo. En cuanto a la Ciencia, que iba a dar solución a todos los problemas del cielo y de la tierra, había servido para facilitar la concentración estatal y mientras por un lado la crisis epistemológica atenuaba su arrogancia, por el otro se mostraba al servicio de la destrucción y de la muerte. Y así aprendimos brutalmente una verdad que debíamos haber previsto, dada la esencia amoral del conocimiento científico: que la ciencia no es por sí misma garantía de nada, porque a sus realizaciones les son ajenas las preocupaciones éticas". El "despertar" del hombre del renacimiento sobre los vestigios de las civilizaciones griega y romana, no significó el retorno literal de las filosofías grecolatinas a la hegemonía en la historia de Europa, ya que el hombre del renacimiento era un hombre que emergía de la crisis de la espiritualidad ascética cristiana de lo que la historiografía denomina el medioevo. Este "despertar" posibilitó la civilización científicista, construida sobre los cimientos de un hombre moldeado para el sometimiento a la autoridad. Annie Leonard en La historia de las cosas hace un contexto bastante ilustrativo de lo que nuestra forma de habitar el mundo hace. ¿Cuál piensa usted que ha sido el lugar del derecho en el contexto de esta afirmación, teniendo en cuenta que las revoluciones político-jurídicas del siglo 19 moldearon el siglo 20 y aún hoy predominan en esta primera década del siglo 21, bajo los principios (hoy politiqueros) de la ciencia, el desarrollo y el progreso? ¿Cómo el desastre ecológico, social y espiritual, trae la necesidad de pensar alternativas de vida y jurídicas para contraponerse al modelo de mundo? 
 3. El criterio de la solidaridad, ¿cómo cree usted que ayudaría a pensar, sentir y posibilitar alternativas jurídicas?

miércoles, 15 de agosto de 2012

Presentación del Seminario Regional I

Aproximaciones Jurídicas al elemento agua.
Foto La Cocha Blanca Blanca de jaime Cañizares. Colectivo Ciudad a Pata/IADAP

Una cordial bienvenida a los estudiantes de la Universidad Cooperativa de Colombia que se encuentran inscritos a esta propuesta para el Seminario Regional I. Esperamos sea de utilidad para su formación profesional.

Leer o descargar el programa que reposa en los archivos de la Facultad de Derecho

      CONTENIDO TEMÁTICO

CONTENIDO TEMÁTICO

ESTRATEGIA DE TRABAJO DE AULA
HORAS DE TRABAJO
PRESENCIALES
INDEPENDIENTES
1) La desmitificación del mundo y la necesidad del retorno: aproximaciones histórico-políticas de Ernesto Sabato en Hombres y Engranajes (1954).
Exposición temática.
Lectura en clase.
Taller de creación de textos jurídicos.
8
4
2) El mito y su función en la sociedad: El agua en el mundo de lo andino y lo amazónico
Exposición temática.
Lectura en clase.
Taller de reflexión y creación de textos jurídicos.
8
4
3) La costumbre como fuente en el derecho indígena y romano antiguo.
Exposición temática.
Lectura en clase.
Taller de creación de textos jurídicos.
8
4
4) El Mito y el Derecho en la Fiesta: El Carnaval del Perdón (Valle de Sibundoy, Putumayo).
Exposición temática.
Lectura en clase.
Taller de creación de textos jurídicos.
8
4
5) El Derecho Mayor en Jenoy: del desastre a la vida.
Exposición temática.
Lectura en clase.
Taller de creación de textos jurídicos.
8
4
6) Perspectivas y aproximaciones jurídicas al elemento agua en San Juan de Pasto y sus entornos. Panorama general. Propuestas de acción.
Exposición temática.
Lectura en clase.
Taller de creación de textos jurídicos.
8
4


48 horas semestrales.
24 horas

      PRIMERA LECTURA
      Hombres y Engranajes de Ernesto Sabato

SEGUNDA LECTURA: LA HISTORIA DE LAS COSAS
TERCERA LECTURA: HISTORIA DEL AGUA EMBOTELLADA.